martes, 5 de julio de 2011

La verdadera naturaelza de la SGAE

Ya parece que ha salido a relucir la verdadera naturaleza de las SAGE, naturaleza que si bien todos conocíamos pretendían mantener oculta todos los ladrones que componen esta sociedad y los mismos mandatarios que fingen gobernarnos, el ROBO.  No hay otro motivo para las actividades de esta agrupación de delincuentes legalizada por nuestros tristes gobernantes.  Si bien Robin Hood robaba a los pobres para dar el dinero a los ricos (y otro tanto hacía nuestro castizo Curro Giménez) las SGAE hacen justo lo contrario con la venia de las autoridades políticas ex – pañolas. Ellos roban al pueblo de manera insultante para dárselo a los ricos autollamados artistas que no se conforman con lo mucho que tienen y quieren más. Pero esperen ustedes queridos amigos, no, ese dinero no llega a los autores, o al menos no a todos o no todo el que debería llegar.  Deben estar que trinan los multimillonarios Sanz, Ramoncín y otros tantos porque se han dado cuenta de que no recaudan lo que deberían por sus canciones escuchadas en peluquerías y taxis. Una pena, no podrán comprar la cuarta mansión en Miami y tendrán que conformarse con sólo tres. Pues resulta, como iba diciendo, que ahora se ha averiguado que la cúpula directiva de las SGAE, encabezada por el inigualable cantante Teddy Bautista  y entre cuyos preclaros miembros se encuentra Víctor Manuel entre otros muchos (¿quién puede olvidar La Puerta de Alcalá…mírala mírala mírala mírala, que una cosa es mirarla y otra muy distinta y peor pagar por escucharla cuando sería él quién debería pagarnos por tener la desgracia de que esa cosa suene mientras vamos en taxi), pues se ha averiguado que estos aguerridos y artísticos luchadores se quedaban con la pasta que robaban a los españoles para sus propias empresas e inversiones. Saquen ustedes sus propias conclusiones. Robaban para dar a los ricos y al final también les robaban a ellos con lo cual queda más que probado que son ladrones dobles o triples. A ver si esto nos hace meditar de una vez por todas o por lo menso exigir a nuestros  estúpidos gobernantes que mantengan a estas sociedades dentro del margen de su actuación legítima. Son necesarias para legitimar el trabajo de muchos creadores, pero una cosa es eso y otra muy distinta querer hacerse ricos a costa de eso.

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